Es la segunda vez que
hago esta tarta,la primera no llegó a
la sesión de fotos de lo rica que esta. Esta vez he sido previsora y he hecho
las fotos estando la tarta aun caliente. Cambia un poco la textura porque cuando
enfría (como todas las tartas de queso) cuaja un poco más.
La primera vez que la
hice, me salió riquísima, con la textura de la típica tarta de queso clásica,
hice la receta tal cual la tenía apuntada, con tres cucharadas de harina y
estaba deliciosa; pero he querido reducir esta vez a dos cucharadas para ver como quedaba la
textura y si era más ligera. Y para mi gusto a mejorado.
Como podéis ver en las fotos la textura es un poco
blanda para la típica tarta de requesón pero os puedo decir que cuando pasa un
par de horas en la nevera, queda perfecta, riquísima, cuando la pruebas no
puedes parar de comer.
Me decanté por esta
receta porque nunca había probado el queso ricotta y al verlo en el súper no
pude resistirme. Al probarlo estaba tan rico, tiene un sabor entre mascarpone y
requesón que pensé que tenía que preparar alguna receta dulce con él. Tenía la
receta apuntada hace años y la verdad no me acuerdo de donde la saqué.
Ahora creo que la
preparare más a menudo ya que es una receta de diez. Es tan rápida y fácil que podéis
animar a vuestros hijos a hacerla. Solo hay que batir todo y hornear. Más fácil
imposible y queda deliciosa.
En la receta original
se montan las claras y finalmente se integran con movimientos envolventes a la
mezcla. Yo la he hecho de las dos formas, montando las claras y sin montar (batiendo
todo junto) y el resultado es el mismo, de hecho me parece una tontería
agregarle aire a una tarta de queso pero os dejo la receta original para que
vosotros decidáis que hacer.
Ingredientes:
500g de queso Ricotta
2 huevos
150 gr de azúcar
100 ml de leche
entera
2 cucharadas soperas
de harina
½ cucharadita de
ralladura de cáscara de limón
*Yo añadí como extra
una pizca de semillas de vainilla
Preparación:
Precalentar el horno
a 190º
Preparamos el molde
donde vayamos a hornear la tarta, cubrimos con papel vegetal o lo rociamos todo
con spray desmoldable.
Separamos las caras
de las yemas.
Montamos las claras a
punto de nieve, en un bol muy limpio con una batidora de varillas. Una vez
montadas reservamos.
En un bol ancho
batimos con unas varillas a mano, las yemas de huevo con el azúcar. Podemos
hacerlo con una batidora eléctrica pero el resultado es el mismo.
Una vez tengamos las
yemas y los azúcares bien integrados añadimos la leche y el queso ricotta y
mezclamos bien hasta que estén todos los ingredientes bien integrados.
Entonces añadimos la
ralladura de limón y la vainilla (la cantidad es al gusto de cada uno).
Tamizamos dos
cucharadas de harina y la agregamos a la mezcla. Mezclamos todo bien.
Una vez tengamos la
masa hecha, añadimos una cucharada de la clara de huevo previamente montada e
integramos en la masa con movimientos envolventes.
Repetimos la
operación hasta integrar toda la clara de huevo.
Horneamos durante 50
minutos y pasado el tiempo dejamos que la tarta enfríe dentro del horno apagado
y una vez esta a temperatura ambiente la metemos en la nevera durante un mínimo
de dos horas.
Espero que os haya gustado la receta, nos vemos pronto.
ResponderEliminarNo es de extrañar que no llegue a la sesión de fotos, a veces tenemos que guardar bien los platos antes de que lleguen los devoradores. jajaja!! me ha encantado como queda, deliciosa d¡seguro y la pinta de cremosa y rica ya se ve a través de la pantalla. Yo he hecho flan de ricotta y es una tentación, me llevo un trocito de tarta para seguir la mañana. Un beso
Esta deliciosa, cuando la pruebas no puedes parar de comer porque es muy ligera, en casa dura poquísimo, un beso y gracias por tu comentario :*
EliminarHola cómo estás? La ricota de solidifica en el horno? Pq lo hice y está blanda. Cómo es el proceso en el horno? Es la primera vez que lo hago. Gracias! Naty de Argentina. BS.As.
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